miércoles, 4 de junio de 2008

Miriam Reyes




EL VESTIDO NEGRO MECIÉNDOSE EN LA MALETA VACÍA

sobre mi cabeza:
el equipaje de los que llegamos tarde


En la estación esperaba mamá
arreglada para mí no para ti
para mí para beber
el río de la sangre que volvía a desembocar en ella
tan natural como la muerte natural.

Contenta de mi carne sonreía
como lo hubieras hecho tú

y no conseguía entender mi equipaje.


Parecía como si le molestara todo aquello:
aceptar que a pesar de julio no era para ella
levantar la maleta vacía y meterla en el coche
recogerme y no ir a casa.


Frente a ti
se agarra a mi brazo con todas sus fuerzas
porque sólo ella sufrió con su cuerpo por mí
y la cicatriz de su vientre tiene mi firma.

-Únicamente yo
soy tuya de verdad- me dice.


Una columna de alabastro entre las flores.

1 comentario:

Fernando dijo...

Tengo sus dos anteriores libros, no sabía que tenía otro publicado.
Siempre estás a la última Y DEBO DARTE LAS GRACIAS.
UN ABRAZO TAMBIEN.