jueves, 20 de marzo de 2008
Jueves tarde
En los días de Semana Santa, llegadas las 7 y media de la tarde me refugio en los bares o en mi casa. No me gustan las procesiones y hago todo lo posible por evitarlas. Son lo más parecido a una película de terror que he visto en directo. Tal vez sea un trauma infantil, no lo sé, pero esos tambores me ponen los pelos de punta, así que aquí estoy, muy tranquila en mi casa aislada de pies descalzos, obsoletas y caducas mantillas españolas (ayer me crucé varias por el centro de Avilés, de lo más anacrónico) y el sonido del tambor que parece marcar el camino al patíbulo. Escucho a Interpol mientras releo estos versos de Ricardo Labra:
TUS PIERNAS
Tus piernas escriben
su destino.
En cada paso que dan
busco mi nombre.
***
Tus piernas no soportan las medias
tintas.
Puede que por ello,
así de desnudas, estén llenas
de enigmas y misterio.
***
Tus piernas nada saben
de los espejismos
que crean.
Cada caminante ve en ellas
una ciudad diferente.
***
Tus piernas emiten señales luminosas
en medio de la noche.
Aunque resulta inalcanzable
para la mayoría de los náufragos
la tierra que prometen.
***
Tus piernas recuerdan que la vida
es corta
y demasiado larga su belleza.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario